El negocio de la administración de edificios ha estado en la palestra noticiosa. Y es que las personas – residentes de estos inmuebles- necesitan y exigen sentirse seguros donde viven, y aun esto es una tarea pendiente para las administradoras de activos inmobiliarios.
¿Qué podemos hacer por el bienestar de los vecinos de las comunidades? ¿Está en nuestras manos? Sí, absolutamente: todo esto se puede alcanzar cuando se hacen las debidas adecuaciones tecnológicas que permitirán convertir las instalaciones en edificios inteligentes. Esta transformación empezó por hacer más eficiente y sostenibles las estructuras y los procesos constructivos, lo que hoy está estrechamente relacionada con el bienestar de las personas que ocupan los espacios construidos.
Un edificio inteligente optimizan la salud y bienestar de sus ocupantes, además de minimizar el impacto medioambiental. Alcanza resultados, mejorando la experiencia del usuario.
Es una inversión que se paga a sí misma. Ofrece enormes retornos sobre la inversión y es una de las formas más efectivas de protegerse contra el riesgo de obsolescencia acelerada e incumplimiento regulatorio.
El estallido de la pandemia ha transformado la sociedad, ha acelerado tendencias ya presentes como la transformación digital El sector inmobiliario cuenta con una palanca de innovación que permitirá afrontar la transformación digital del sector, de una forma rentable.